Accounting for the Impact of Conservation on Human Well-Being

Conservationists are increasingly engaging with the concept of human well-being to improve the design and evaluation of their interventions. Since the convening of the influential Sarkozy Commission in 2009, development researchers have been refining conceptualizations and frameworks to understand and measure human well-being and are starting to converge on a common understanding of how best to do this. In conservation, the term human well-being is in widespread use, but there is a need for guidance on operationalizing it to measure the impacts of conservation interventions on people. We present a framework for understanding human well-being, which could be particularly useful in conservation. The framework includes 3 conditions; meeting needs, pursuing goals, and experiencing a satisfactory quality of life. We outline some of the complexities involved in evaluating the well-being effects of conservation interventions, with the understanding that well-being varies between people and over time and with the priorities of the evaluator. Key challenges for research into the well-being impacts of conservation interventions include the need to build up a collection of case studies so as to draw out generalizable lessons; harness the potential of modern technology to support well-being research; and contextualize evaluations of conservation impacts on well-being spatially and temporally within the wider landscape of social change. Pathways through the smog of confusion around the term well-being exist, and existing frameworks such as the Well-being in Developing Countries approach can help conservationists negotiate the challenges of operationalizing the concept. Conservationists have the opportunity to benefit from the recent flurry of research in the development field so as to carry out more nuanced and locally relevant evaluations of the effects of their interventions on human well-being. Consideración del Impacto de la Conservación sobre el Bienestar Humano RESUMEN: Los conservacionistas cada vez más se comprometen con el concepto del bienestar humano para mejorar el diseño y la evaluación de sus intervenciones. Desde la convención de la influyente Comisión Sarkozy en 2009, los investigadores del desarrollo han estado refinando las conceptualizaciones y los marcos de trabajo para entender y medir el bienestar humano y están comenzando a convergir con un entendimiento común de cuál es la mejor forma de hacer esto. En la conservación el término bienestar humano tiene un uso amplio, pero existe la necesidad de la orientación en su operación para medir los impactos de las intervenciones de la conservación sobre la gente. Presentamos un marco de trabajo para entender el bienestar humano que podría ser útil particularmente en la conservación. El marco de trabajo incluye tres condiciones: cumplir con las necesidades, perseguir objetivos y experimentar una calidad satisfactoria de vida. Resumimos algunas de las complejidades involucradas en la evaluación de los efectos del bienestar de las intervenciones de la conservación con el entendimiento de que el bienestar varía entre la gente, en el tiempo y con las prioridades del evaluador. Los retos clave para la investigación de los impactos del bienestar de las intervenciones de la conservación incluyen la necesidad de crear una colección de estudios de caso para trazar lecciones generalizables: hacer uso del potencial de la tecnología moderna para apoyar la investigación del bienestar; y contextualizar espacial y temporalmente las evaluaciones de los impactos de la conservación sobre el bienestar dentro del marco más amplio del cambio social. Existen caminos que atraviesan la confusión que rodea al término bienestar, y los marcos de trabajo existentes, como el del acercamiento de Bienestar en Países en Desarrollo, pueden ayudar a los conservacionistas a negociar los obstáculos de la operación del concepto. Los conservacionistas tienen la oportunidad de beneficiarse del frenesí reciente de investigación en el campo del desarrollo para así realizar evaluaciones más matizadas y relevantes localmente de los efectos de sus intervenciones sobre el bienestar humano.