“…Mostramos cómo la práctica de la diplomacia en línea y con restricciones en las reuniones en persona implica (re)construcciones de su dramaturgia, así como también fantasías “heroicas” de deber y excepcionalismo; analizamos cómo se lleva a cabo la diplomacia en el “mundo de la pantalla” a través de medios escópicos que dan lugar a la copresencia virtual en sitios geográficos y profesionales/privados; y hablamos de cómo el mundo se resiste al sintetismo a medida que se expande la fatiga causada por las pantallas. …”
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